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¿Es posible ser Cristiano y tener un ataque de pánico?

Una breve explicación sobre los ataques de pánico y las formas de detenerlos

Hace unos días mi esposa me compartió una noticia que me impacto.

Se trataba de la historia de Andrew Stockein, Pastor de la Iglesia Inland Hills en la Ciudad de los Ángeles, que luego de intentar quitarse la vida, murió días después en la sala de un Hospital.

Según los dichos de su familia, los miembros de la congregación y la comunidad en general, era un exelente padre, gran esposo y un Pastor increíblemente talentoso.

Participaba activamente en el apoyo de las misiones y trabajaba junto a otros líderes en el canal de televisión local.

Pero a pesar de todo esto poseía una lucha interna contra la depresión y la ansiedad, un combate que terminó con su vida.

Andrew
Créditos: Instagram Andrew Stockein

¿Qué es un Ataque de Pánico?

Según el Manual DSM-IV-TR de la American Psychiatric association  un ataque de pánico es «un periodo de miedo o malestar intenso sin que haya un peligro real, acompañado de al menos 4 de los 13 síntomas somáticos o cognitivos»

Los síntomas se pueden presentar como taquicardia, sudoración, escalofríos, bochornos, temblores, sensación de hormigueo y dificultad para respirar.

También pueden incluir, asfixia, dolor en el pecho, náuseas, mareos, sensación de irrealidad o desapego, temor a volverse loco e incluso miedo a morir.

Alguien lo podría describir como el sentimiento de una fatalidad inminente o la sensación de que absolutamente todo estuviese fuera de control.

Muy poco se sabe del «por qué» del trastorno de pánico, pero se comprende mejor del «qué» pasa.

Aunque la bioquímica es compleja y todavía se encuentra sujeta a investigación, sabemos que se origina en un área del sistema nervioso que no está bajo nuestro control voluntario. Esta área se llama sistema nervioso autónomo. 

Por ejemplo, cuando sentimos vergüenza es normal que nos sonrojemos y mientras más tratamos de evitarlo peor se pone. Esto se debe al control involuntario del sistema nervioso.

Otro efecto conocido es la reacción «lucha o huida» (fight-or-flight en inglés) lo que permite a un individuo lograr una fuerza o una velocidad bajo el estrés de una emergencia imperante, que de otra manera no sería capaz de desarrollar.

La explicación es que el sistema responde involuntariamente a lo que el cerebro ve como una amenaza de algún tipo.

debido a la activación de este sistema nervioso una serie de químicos se introducen en el torrente sanguíneo lo cual afecta el ritmo cardíaco, la respiración, el estado de alerta y el sentimiento de peligro.

Por lo cual podemos pensar en el ataque de pánico como la respuesta «normal» del cuerpo a un momento «anormal» como podría ser una situación de peligro real.

¿Los Hijos de Dios Pueden Sufrir Ataques de Pánico?

Lo primero que podemos pensar ante un ataque de pánico es, «¿cómo siendo un hijo de Dios estoy sufriendo esto?» o afirmaciones del tipo «si los demás saben que sufro un ataque de pánico, pensaran que soy un pecador» ante esto, déjame mostrarte las siguientes citas bíblicas:

Elías tuvo miedo y huyó para salvar su vida. Se fue a Beerseba, una ciudad de Judá, y dejó allí a su sirviente. Luego siguió solo todo el día hasta llegar al desierto. Se sentó bajo un solitario árbol de retama y pidió morirse: «Basta ya, SEÑOR; quítame la vida, porque no soy mejor que mis antepasados que ya murieron»

1 Reyes 19:3

El profeta Elías, luego de ser utilizado por Dios para que demostrar su poder ante el pueblo de Israel y aun después de que se le concediese de manera milagrosa una velocidad superior a los caballos del rey Acab.

Irracionalmente, temió a una simple mortal, la reina Jezabel, sufriendo un ataque de pánico en el cual deseo que Dios termine con su vida.

Mi corazón está dolorido dentro de mí, Y terrores de muerte sobre mí han caído. Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha cubierto. Y dije: !!Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. Ciertamente huiría lejos; Moraría en el desierto».

Salmo 55:16-17

En este caso el que sufre de Ataque de Pánico luego de haber visto innumerables veces la mano de Dios es el mismísimo Rey David.

Estos ejemplos nos muestran que cualquier persona puede, en determinadas situaciones, sufrir esta condición entonces, lejos de estigmatizar el padecimiento, tenemos que entender la manera más efectiva de combatirlo.

Maneras de Combatir un ataque de pánico

Usa la Respiración Profunda: Si puedes controlar tu respiración, es menos probable que te hiperventiles, ya que esto puede empeorar otros síntomas, incluyendo el ataque de pánico. Concéntrate en inhalar y exhalar por la boca, sintiendo cómo el aire llena lentamente tu pecho y abdomen, y luego expúlsalo lentamente. Inhala contando hasta cuatro, mantén el aire por un segundo y luego exhala contando hasta cuatro.

Utiliza tus sentidos: intenta sentir el aroma de un perfume o tocar el piso con tus pies descalzos, esta practica evita que tu mente se siga hundiendo en la falsa percepción de peligro.

Racionaliza la situación: Reconocer que estás sufriendo un ataque de pánico en lugar de un ataque cardíaco, puede hacerte recordar que esto es temporal, que pasará y que estás bien. Quítate el miedo de que te estás muriendo o de que se avecina una muerte inminente, ambos son síntomas de ataques de pánico.

Entrégale la situación a Dios: Aceptando que lo que estas pasando es un ataque de pánico, cierra tus ojos y entrégale en oración este padecimiento a Dios con la certeza de que Él es mucho mas grande que cualquier aflicción.

No te Calles: Comenta esta situación a tus lideres y/o pastores, su apoyo y oración serán de suma utilidad.

Practica la mentalidad Positiva: Filipenses 4:4-8 ofrece un consejo útil «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !!Regocijaos!…. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad».

Junto al equipo de somosunoarg, creemos que si estás pasando por esta condición, no debes dudar en buscar ayuda, tanto médica concurriendo a un especialista, como espiritual en tu iglesia más cercana.

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